Para descansar en unas de las playas más tranquilas de Colombia es necesario viajar desde Riohacha hacia el norte por tierra durante unas tres horas hasta el Cabo de La Vela. En este sitio, al que llegó en 1499 el capitán Alonso de Ojeda, los viajeros encuentran posadas turísticas –varias hechas con bahareque y yotojoro (el corazón del cactus)– y pueden practicar deportes como kitesurf y windsurf.
En el Cabo de La Vela, se encuentra el Pilón de Azúcar, una colina cuya cima parece alzarse a kilómetros de distancia pero que se sube a pie en no más de quince minutos. En lo alto de la pequeña montaña, donde se sienten con fuerza las ráfagas de viento, hay un altar de la Virgen de Fátima y se aprecia una vista relajante del Mar Caribe.