Allí los arqueólogos colombianos han rescatado a la selva a fines de los setentas dos centenares de la terrazas originales, las calles y caminos, los sistemas de acueducto y alcantarillado de una de las muchas ciudades precolombinas de la Sierra, notablemente espectacular por el paisaje y la morfología del terreno.
Este es un programa que requiere de permiso oficial para el grupo, con guía o «baquiano» registrado. Toma tres días de ascenso y dos de descenso, como mínimo, incluida una noche en el centro arqueológico. Se duerme en campamentos de paso, rústicos y estrechos (hamaca y sleeping-bag) y se está sujeto a una alimentación muy rudimentaria suministrada por el propio guía.